lunes, 9 de junio de 2014

El Miedo a la Libertad




EL MIEDO A LA LIBERTAD

INTRODUCCIÓN
Erich Fromm,  en su obra el “Miedo a la Libertad”,  desarrolla el problema de la libertad del hombre en medio del sistema capitalista  y cómo va perdiendo su libertad a causa de las características de la sociedad actual,  la cual lleva a cuestionarnos ¿existe realmente la libertad?.

CAPITULO IV – VII
DOS ASPECTOS DE LA LIBERTAD PARA EL HOMBRE.
Erich Fromm plantea la relación entre el desarrollo del capitalismo y el cambio de la personalidad.  Los movimientos del protestantismo fueron decisivos en este cambio,  dando lugar a que algunos pudieran expresar hasta cierto grado su libertad.  En su obra, establece la relación desarrollo – libertad – dependencia. El desarrollo marcado por el surgimiento del capitalismo va a dar al hombre cierto grado de libertad en el sentido que al dejar la edad media con su sistema feudal, va a experimentar cambios,  pero también crea un sentido de dependencia.
Esta obra, tiene como finalidad, mostrar que la estructura de la sociedad moderna afecta simultáneamente al hombre de dos maneras.
1-      Lo hace más independiente y más crítico, incrementando su confianza en sí mismo.
2-      Lo hace más solo, aislado y atemorizado.
Por lo antes expuesto,  el hombre alcanzó libertad religiosa gracias al protestantismo, esta se ve obstaculizada por el desarrollo de la ciencia en donde los eventos tienen que ser probados; de este modo la espiritualidad fundamentada en la fe, va disminuyendo su poder en la conciencia de los hombres.
Por otro lado,  se alcanza también una libertad de expresión, está sujeta hacia aquellos que tienen el poder de la información y transmite sus ideas como opinión pública a lo que se debe ajustar todo el mundo y el temor de parecer distinto a los demás.
Hay quienes se fascinan  por la libertad externa que y se ciegan a la restricción, angustias y miedos interiores. Esto se puede observar en aquellas personas que sin una convicción ideológica,  asumen posturas políticas que responden a la tendencia de la sociedad o del partido gobernante y se esclavizan tanto a ese partido político o figuras que lo representan,  aunque en su interior no estén de completo acuerdo,  sino que por conveniencia,  mantienen un cierto temor de manifestarse en contra,  este miedo silencioso no les permite expresar su libertad  y realizarse como libremente como persona.
Este sentido de libertad se inicia con el protestantismo al liberar espiritualmente al hombre y fue continuado por el capitalismo quien logra transformar mental social y políticamente al hombre.
La libertad económica como base de este desarrollo estaba dada más bien en la clase media,  ahora de acuerdo a sus méritos,  esfuerzos, capacidad intelectual  y coraje podía tener éxito y disfrutar de sus ganancias económicas; de él dependía su éxito o su fracaso.
Se fue liberando de las limitaciones de la naturaleza, dominó las fuerzas naturales;  lograron la igualdad de la diferentes castas y religión que obstruían la unificación de la raza humana,  se libera de supersticiones y alcanza libertad política.
Se sientan las bases de la democracia con la Revolución Francesa  y la independencia de Estados Unidos.  El capitalismo contribuyó al aumento de la libertad positiva,  al crecimiento de un yo activo , crítico y responsable donde el individuo reafirma su individualidad y aprende a luchar para ganarse lo que él quiere. Puede construir su vida a su gusto,  pero también descubre que está solo y que tiene que salir adelante por su individualización.
En el aspecto espiritual,  también sufre cambios en cuanto a la libertad y la individualidad ya que el individuo debe desarrollar su propia fe y llevar una vida digna y moralmente buena que le garantice su salvación ya que esta es individual. Por consiguiente,  el ocuparse de su salvación de manera particular,  induce a que disminuya el interés por los demás y se refuerza el yo individual.
Esta libertad e independencia trae consigo el egoísmo y codicia que le es difícil alcanzar una satisfacción real.  Se pierde el carácter humanista del hombre y lo transforma en un instrumento tornando las relaciones frías y con fines económicos.
Las relaciones humanas se ven en sentido de utilidad y beneficios, paralelo a ello se encuentra el fenómeno que señala Fromm, muy destructivo como el de instrumentalidad y enajenación que está en el individuo con su propio yo;  donde al vender mercancía se vende  a sí mismo al ofrecer sus servicios,  debe presentar una personalidad carismática que sea atrayente.  En la actualidad,  esta posición se evidencia en las campañas publicitarias en donde persuaden a las personas  con productos o servicios buenos y de calidad,  pero distantes de todo deseo de satisfacer una necesidad,  sino el de atraer clientes para vender su mercancía creando otra necesidad para tener mayor clientela y aumentar sus ingresos económicos  y puede que lo que proyecten como bueno,  no sea del todo cierto y su éxito va a depender de la popularidad o la aceptación que tenga de ella. Dicho de este modo,  el hombre en la modernidad es caracterizado por la confianza en sí mismo,  en relación al éxito del prestigio,  de los bienes que posea así mismo es su personalidad dando la siguiente relación: mientras más bienes se poseen, se adquiere más importancia.
Parece contradictorio que en pleno siglo XXI,  donde la ciencia y tecnología han alcanzado gran esplendor ,  el concepto de valor personal y de dignidad sea desplazado a un segundo plano porque la persona en sí es vista como algo insignificante en relación con la mercancía,  los bienes y el poder político;  los intereses propios (de una minoría en poder), están sobre el resto de las personas sin medir hasta qué punto este egoísmo marcado por el individualismo puede afectar el bienestar de otras personas.
Mecanismos de Evasión.
En este capítulo, Fromm explica desde términos de la psicología individual problemas que se aplican a la psicología de los grupos y desde esta perspectiva desarrolla las características de una sociedad sana y las características de una sociedad neurótica (no adaptada).  Se plantea la  situación de que a menudo la persona sana tiene que despojarse de su yo para cumplir con los paradigmas que establece la sociedad perdiendo su verdadera personalidad. Mientras que de la neurótica puede decirse que no es adaptado por no someterse a los caprichos de las exigencias sociales,  es él mismo a través de la fantasía conservando su personalidad aunque socialmente no sea aceptado,  lo etiquetan como inadaptado. Aplicando los términos a nivel de sociedad,  se dice que es neurótica cuando sus miembros ven mutilada la expansión de sus personalidad.
El autoritarismo,  como mecanismo de evasión consiste en abandonar la independencia propia para unirse a algo y unificar las fuerzas y seguridad de las que se carecen con la propia individualidad.  Con este mecanismo surge el sadismo y el masoquismo que entran en especie de una simbiosis desarrollando la dependencia entre uno y otro.
La destructividad,  busca la completa eliminación del objeto, y se desarrolla en potencia dentro de cada persona esperando la ocasión  para expresarse.
En la conformidad automática el individuo deja de ser él mismo,  deja su personalidad para crear otra personalidad que vaya de acuerdo a los patrones sociales y culturales  transformándose en un individuo que actúa igual al resto de las personas.
En el capítulo de la psicología del nazismo se desarrolla un análisis del régimen nazi. Para Fromm,  Hitler tenía tendencias masoquistas y sádicas que fueron las responsables de su ambición al poder,  de este modo,  admiraba a los fuertes y despreciaba a los débiles denotando su poder sobre los demás; su masoquismo se fundamentaba en el interés por una fuerza superior,  para ello tenía que conquistar a las masas y hacerles creer  que era superior a ellas y que ellas serían superiores al resto del mundo por seguirles.





           

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